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domingo, 8 de febrero de 2015

Bicicleteando II: camino a Pinchote

Ya me sentía inapetente de las empinadas, empiedradas y casi imposibles calles de San Gil, además, sentía que podía ir más allá de los límites del pueblo. Los deseos de explorar me consumían cada vez más, sin embargo, siempre me preocupaba si mi rendimiento daba para ir y volver, al menos, al más cercano de los municipios vecinos. 

Una brillante mañana de domingo de mayo pensé que debía ser el día. Junto con La Poderosa II tomé el camino directo hacia Pinchote, por la carretera nacional que conduce a El Socorro. Para llegar al pueblo debía ir bajo un arco en piedra y subir una cuesta que llevara a un castillo del medioevo con un dragón dentro que protegía la cumbre...

Pues bien, así pensaba que era la subida hacia el pueblo, debo recordar que era mi primera exploración a otro municipio, sólo, por mi cuenta, con los alientos de mi alma, la fuerza de mis piernas por motor y la decisión de no desfallecer como lanza en ristre.

Pero antes de dar comienzo a mi empresa, decidí que sería buena idea contar con una especie de artilugio para saber algunos datos técnicos de mi sesiones amateur-deportivas. Encontré una aplicación para mi celular, pienso, bastante completa en cuanto a los dato que ahí se miden y muestran. Se llama Endomondo, y durante publicaciones futuras mostraré más usos.

Volviendo al dragón, digo, a la cuesta, debo decir que fue realmente placentera y agradable. Acá los datos de mi recorrido.


Datos de la sesión.
Los datos que más me interesan siempre son los relacionados con la altura, distancia y tiempo. Además, la aplicación cuenta con un mapa que traza la trayectoria por la que uno va, ya sea por carretera o montaña, lo cual es bastante útil y en próximas publicaciones mostraré por qué. 
Ruta por Google Maps.

Al llegar al pueblo, fui a un mirador desde donde se puede ver la carretera nacional y una parte de San Gil, el céfiro desde la cima silbaba que el objetivo se había cumplido. El recorrido de vuelta sería más relajado.


La Poderosa II posuda.


Después de culminar mi travesía, sabía que debía exprimir al máximo la geografía de la provincia, tenía ganas de tener barro en la boca y sudor en mi frente. Así termina la primer expedición por los pueblos circunvecinos de San Gil.

PD: por el resquicio de mis ojos vi sombras de las formas puras que yacían en el pueblo.

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